Usted está aquí

Hoy quiero hablarles de:

DAVID SAINZ Y TERESA SEGURA. Taller de WEBSERIES impartido por DIFFERENT ENTERTAINMENT. Escuela de Cine y Televisión Los Realejos. 16, 17 y 18 octubre 2015.

¿Hablar de webseries en un espacio dedicado al teatro? Pues sí, porque es lo mismo, por más que digan. Y eso que David confiesa que nunca tuvo dinero para ir al teatro, que ahora le invitan sus colegas y aprovecha para “fichar” actrices y actores. Hablaré de teatro porque con David ocurre que es un ejemplo vivo del actor que nace siendo actor, del director que nace para ser director, del autor que nace para ser autor. Algo así ocurriría con Shakespeare, imagino.

Las webseries (término acuñado apenas hace siete años) son hermanas del arte escénico. Así lo entiende un servidor. 'Malviviendo', la webserie que dirigió, escribió e interpretó David, es un brillante ejemplo. Asistí a una auténtica función de teatro en el taller impartido en las aulas de la Casa de las Artes de mi pueblo. David se interpretó a sí mismo de modo espectacular. Gran trabajo escénico el de este dúo al exponer su magisterio. Él y Teresa Segura.

Punto esencial: ninguno de los protagonistas de “Malviviendo” son actores. Interesante dato. Siempre supe que por encima del trabajo de actor, está el de ser persona. Si juntas personas con un fin común, talento, pasión y una historia o historias que contar, obtienes un producto sobresaliente. Da lo mismo que sea una webserie, o una obra teatral.

Teatro y cine se dan la mano en muchos aspectos: interpretación, escenografía y la historia que cuentan. Si estos tres elementos resultan atractivos, y le sumamos una dirección inteligente, tendremos excelentes resultados. Sin una dirección inteligente no habrá nada. Bueno, sí: el resultado nos llevará al bochorno y al desastre.

Algunas voces dicen que hay una distancia enorme entre las dos artes. Yo quiero hablar de lo común. Me interesa más la suma que la división. “El directo es lo que importa”, me dirán los que quieran sembrar distancia. A lo que contestaré que la emoción está por encima. “El público en el palco, frente a la frialdad de la pantalla”, añadirán para seguir separando. A lo que responderé que, la exigencia del público que sigue las series a través de internet es más selectiva que la del público teatral, se ha comprobado que el usuario de la red tarda quince segundos en decidir si sigue viendo lo que pinchó, o cambia a otra oferta más interesante de la que le separa un solo clic. “¿Y la gratuidad de la red frente al coste de las entradas?”, replicarán. Por favor, añadiré, eso no es hablar
de calidad, es hablar de dinero.

Podría seguir con distintos dimes y diretes. Insisto en hablar de teatro. Y hablar de teatro es hablar de personas que escriben y cuentan historias a un público. Lo mismo da si utilizan escenarios o pantallas como medio. Hablo de personas que cuentan historias y las muestran al público, insisto.

Hoy vi teatro en el aula de cine de las Escuelas Artísticas de Los Realejos. 'El Negro', es decir, David Sainz, nos mostró su rostro en directo. Sus ojeras denotan el esfuerzo infinito por digerir una biografía personal llena de emociones excesivas. Su mandíbula firme y como adelantada al rostro, potente, es el reflejo de la necesidad obsesiva de vivir las pasiones y las sensaciones al máximo. Y su frente despejada y grande es el resultado de una inteligencia brillante que funciona al máximo rendimiento para permitirle alcanzar los objetivos. Esa combinación conduce a un fenómeno natural de extrema rareza. David aprendió la vida de la pequeña pantalla. Se vio TODAS las series. El mundo le llegó a través de ese canal. Luego la calle le enfrentó a otra realidad. Los mecanismos para combinar ambos universos provocaron lo que yo llamo una 'dicotomía hemisférica compulsiva reactiva' que, dicho a lo llano, se tradujo en un “o todo o nada”. Ahí tenemos a David impulsado por las fuerzas telúricas del caos y la razón, ante su única posibilidad: o creaba, o moría. No existió nunca el término medio. Sólo así se entiende el control absoluto sobre los elementos narrativos, el manejo natural del arte de dirigir personas, el discernir preclaro para ir a lo esencial, el impulso nativo que le lleva a beber de las fuentes para aplicar la sabiduría de otras luces.

Sí, teatro. La vida en directo. Mostrar sus vísceras frente a los alumnos y alumnas que asistimos al curso. Yo iba buscando a la persona, al Negro' de Malviviendo. Lo encontré. Y encontré mucho más. Me topé con una de esas raras avis que combinan inteligencia, intuición y pasión a partes iguales. ¿El resultado? Vean los productos de la factoría Different Entertainment. Comprenderán. Incluso serán un poquito más felices. Llegué con la idea de toparme con un friki; marché con la certeza de haber conocido a una persona apasionada, a la que le duele todo, y que esconde su enorme sensibilidad tras el sentido del humor y su obsesión por contar historias. Teresa Segura  es su contrapunto: metódica, ordenada, disciplinada. Teresa tiene los pies en el suelo y canaliza el esfuerzo de David por los intrincados y burocráticos canales de la producción, la distribución y todas esas tareas que requieren de un don natural para luchar contra las inclemencias del sistema. Teresa es la que ordena el caos para que resulte productivo. Teresa hace otro tipo de magia; también con David.

La vida sigue siendo el mejor de los escenarios, con las mejores actrices y mejores actores. Ayo y Jonay, profesores de la Escuela de Cine y Televisión de Los Realejos, fueron los catalizadores que hicieron posible la estancia en la isla de Different Entertainment. Teatro, sinergia y vida. Sí, la magia del teatro, o de la televisión, o la del cine ocurren cada día en la Escuela de Cine y Televisión de Los Realejos. El teatro de la vida que es un carrusel siempre en marcha.

Nos pasamos por el taller de webseries en Los Realejos con David Sainz y Teresa Segura, de 'Malviviendo'