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Javier Díaz-Llanos y Vicente Saavedra

Brutalismo en TEA

Para valorar la aportación de la arquitectura al conjunto de la cultura en Canarias en los últimos cincuenta años resulta imprescindible acercarnos a la obra de Vicente Saavedra y Javier Díaz-Llanos. Titulados en 1960 en Barcelona y Madrid respectivamente, su obra es considerada por la crítica como la expresión local de un movimiento que en arquitectura se denominó brutalismo, surgido en Inglaterra a finales de los años cincuenta. No obstante, la importancia que para Tenerife ha tenido la labor de estos profesionales excede la simple adscripción a un movimiento o tendencia. Su absoluto compromiso con la modernidad y el extraordinario rigor constructivo que han caracterizado su trabajo han dado como resultado un conjunto de edificios emblemáticos reconocidos como hitos en la arquitectura canaria contemporánea.

Esta exposición titulada  'Materia contemporánea. Javier Díaz-Llanos y Vicente Saavedra. 50 años de arquitectura', podrá verse en TEA desde el 7 de julio hasta el 8 de octubre, presenta material original en forma de planos, dibujos y maquetas provenientes del archivo de los arquitectos. La importancia del fondo de imágenes que acompaña cada proyecto es otro aspecto destacable, ya que posibilita un recorrido paralelo y vincula esta exposición con otras líneas de investigación actuales que exploran la estrecha relación entre fotografía y arquitectura.

La inquietud y perspectiva interdisciplinar de estos artistas los llevó además a participar muy activamente en los movimientos para la integración de las artes plásticas con los que se inició una nueva etapa cultural que, recuperando el espíritu universalista de las vanguardias de los años treinta, logró entre otros acontecimientos relevantes la tan celebrada Exposición de Esculturas en la Calle de 1974 en Santa Cruz de Tenerife.

Profesionalmente se inician en los años sesenta conjuntamente con otros jóvenes arquitectos que retornaban a Canarias después de finalizar sus estudios fuera de las islas, sin duda favorecidos por el crecimiento económico que trajo consigo el desarrollo turístico. En sus primeros años colaboran con Luis Cabrera Sánchez en obras tan significativas como el complejo Ten-Bel, una experiencia que ambos consideran fundamental para el devenir del estudio. Desde su primer proyecto juntos, la vivienda unifamiliar para Enrique Hintz, es posible identificar aspectos que van a ser determinantes en el conjunto de su obra, tales como la modulación constructiva, el uso de los materiales en su estado natural o la incorporación de la arquitectura en el paisaje a través de la reinterpretación de los códigos tradicionales.