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Deseo Perseguido

  • La nueva obra de Javier Cuevas se interna en los efectos colaterales del amor: el deseo perseguido, la represión o el pecado. A su estreno acudió Vadecráneo y estos son sus apuntes, remitidos a Lagenda. No es una crónica ortodoxa, pero la idea, se la hacen...

  • 30/11/2013, Teatro Guimerá

  • Una crónica de Vadecráneo. Fotos: organización

EL AMOR ES UN PERRO QUE VIENE DEL INFIERNO... Y viene vivo y coleando con la última oscuridad del escenario, a modo de moraleja cómica, pero a mi juicio con la carga emancipadora que imprime Javier Cuevas en esta fábula artesanal, triangular y estrangulada, donde el deseo perseguido se erige en fuerza apaciguadora y juego biográfico sobre el amor exiliado, renegado y reprimido.

EL AMOR ES UN PERRO QUE VIENE DEL INFIERNO... Y viene reconociendo que es “un animal que te ama a ti”, y dejando caer que una buena manerade liberarse del pecado es haber sido condenado por cometerlo. La carga de la culpa “Ha sido sin querer” reivindica la fuerza que otorga la represión aprendida, como quien bebe el mendrugo endurecido por la culpa impuesta, como quien mastica el agua bendita del dulce canto del coro de la iglesia, María nos auxilia y el infierno nos condena a rebelarnos contra ella.

EL AMOR ES UN PERRO QUE VIENE DEL INFIERNO... Y viene con la duda que genera la duda reivindicada en las entrañas del perro, en la androginiadel perro, en la porcelana barata del perro antes de venir de la frontera de la destrucción, del comienzo y del final del dolor.

EL AMOR ES UN PERRO QUE VIENE DEL INFIERNO... Y vino con Griselda Layño, Gustavo Torres, Carlos Ramos y Javier Cuevas para dejar al espectador un resto de pasión para seguir errando.