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Magia Celta

  • Teatro Guimerá, 16/11/2013
  • Crónica de José Carlos 'Charly' Pérez
  • Foto de Manuel Espinosa

La casualidad o algún 'meigallo' (hechizo) hizo que ni siquiera la luna llena quisiera perderse el regreso a la isla del grupo gallego Luar na Lubre en la ya larga gira de presentación del que es su último trabajo editado en 2012, Mar Maior, número trece en los casi veintisiete años de existencia del grupo.

Para empezar a abrir boca un telonero que seguro dará que hablar; el cantautor Pedro Pastor, hijo del afamado Luis Pastor, que llegaba acompañado de su guitarra presentando su primer EP auto producido 'Aunque esté mal contarlo' de 2012. Un cantante atípico que combina en sus creaciones el rap con los ritmos más clásicos de la canción de autor, mientras que las letras alternan cuestiones como el amor con la protesta social y el deseo de un cambio para mejor. Con un estilo desenfadado e intimista, rápidamente conectó con el público por su simpatía y buen hacer, y nos dejó con ganas de conocer algo más.

Pero esta noche era de druidas, celtas, tradiciones y 'morriña'. Se notaba entre el público, mayoría gallega, que acudió con ganas de sentir la cercanía de una tierra que sólo la geografía pone en la distancia, no en el corazón.

Inicia su andadura el grupo con el tema Gran Sol, un compendio de cuatro canciones que forman parte de su último disco. Tras el mismo aparece en escena la que es la nueva presencia femenina en Luar na Lubre desde finales de 2011, la coruñesa Paula Rey, con uno de los temas más conocidos, íntimos y sentidos por todos los que estamos lejos de nuestra tierra, la adaptación del poema de Federico García Lorca Madrigal a la ciudad de Santiago, perteneciente a su obra 'Seis poemas gallegos', del año 1935, y que Luar bautizó como Chove en Santiago. Tras este siguen varios temas que engloban desde versiones recuperadas de lírica medieval como las Cantigas de Santa María, de Alfonso X a una danza macabra del renacentismo italiano y la conocida canción gallega A saia da Carolina con la que empiezan a sonar las palmas y los coros en el teatro. Pasan ahora a la música tradicional con el tema Camino de Caión, recuperado en la 'Costa da Morte' tras el cual el fundador del grupo coruñés, Bieito Romero, nos explica lo que buscaron con el disco 'Mar Maior', que no es sino una interrelación entre distintas culturas en especial las gallegas y atlánticas, con composiciones basadas en el Leabhar Ghabhala Eireann o Libro de las Invasiones de Irlanda, contando de paso una historia de lo que sería el siguiente largo tema, formado por tres partes, y que habla de la vida de Ith, hijo de Breogán, antiguo caudillo de Galicia, y que narra su posible, según la tradición, descubrimiento de Irlanda en un épico viaje.

Y es que si algo caracteriza de hecho los conciertos de Luar na Lubre es la explicación que suelen hacer de sus creaciones, con lo que además de disfrutar de su música siempre aprendemos historias que muchos desconocemos. Volvemos al intimismo con el tema dedicado a la memoria de la tragedia del Prestige, tan de actualidad estos días, Memoria da Noite seguido del famoso O Son do Ar, versionado en 1996 por Mike Oldfield y que lanzó al grupo de forma internacional. Tras él siguen con Tú Gitana, en el que la cantante hace gala de su impresionante voz. Con el público ya rendido ante la magia se inicia la última y más fiestera parte del concierto, recuperando ritmos típicos gallegos como las muiñeiras y los pasacorredoiras con Camiño do Norte y con las peticiones Nao y Ao pasar por a Coruña, una cantareira tradicional de la zona gallega de Muxía.

Tras una pequeña desaparición en un concierto de más de dos horas que a todos se nos pasaron volando, llegó el tiempo para cantar con Pousa típico tema tabernero que nunca falta en cualquier reunión festiva en la que haya gallegos en un bar, como así lo definió el alma máter del grupo, y Os Animais, dejando para la triste y emotiva despedida el arrullo en que la voz de Paula convirtió la preciosa balada Camariñas; que nos trajo y dejó en nuestros cuerpos y corazones, quizás gracias al embrujo de la luna llena, efluvios del verdor de los bosques y la brisa del mar y la tierra gallegos, más cerca que nunca si cabe de esta también maravillosa isla que nos acoge con todo su encanto a quienes que, por una razón o por otra, tuvimos que dejar nuestra amada Terra Galega.