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‘El sauce ve de cabeza la imagen de la garza’

‘El sauce ve de cabeza la imagen de la garza’

El pasado 19 de junio se presentó en TEA, Tenerife Espacio de las Artes la nueva muestra expositiva ‘El sauce ve de cabeza la imagen de la garza’, una exposición que explora a través del arte las construcciones del paisaje como imágenes naturalizadas, es decir, como lugares en los que las nociones de naturaleza y cultura convergen y visibilizan el tránsito entre ambas, evidenciando a menudo las relaciones entre sus aspectos técnicos e ideológicos

Esta propuesta toma su título de un haiku de Bashō que aparece en la película Sans Soleil (1983) de Chris Marker.

El sauce ve de cabeza la imagen de la garza, que utiliza la idea de ruina como una herramienta metodológica, presenta obra de Berenice Abbott, Adrián Alemán, Bleda y Rosa, Santiago Borja, Brassaï, Carolina Caycedo, Wilson Díaz, Patricia Esquivias, Harun Farocki, Trino Garriga Abreu, Dan Graham, Michele Horrigan, Marine Hugonnier, Hector Hyppolite, Isuma, Patrick KeillerTeresa Lanceta, Janelle Lynch, Sean Lynch, Gilda Mantilla & Raimond Chaves, Britta Marakatt-Labba, Carme Nogueira, Tania Pérez Córdova, Peter Piller, Xavier Ribas, Xabier Salaberria, Amaia Urra y Emma Wolukau-Wanambwa.

La muestra cuenta con el apoyo de Cultura de Irlanda en la producción y transporte de las piezas de Sean Lynch y Michelle Horrigan y del Instituto Canario de Investigación Agraria del Gobierno de Canarias en la pieza de Amaia Urra, Arbusto ardiente (V. Península Ibérica, 2017-2020).


 
Las obras que conforman esta propuesta proporcionan una oportunidad para reflexionar críticamente sobre una serie de transacciones económicas, materiales y culturales típicas de la era del capitalismo y el colonialismo y sus rastros visibles, así como sus implicaciones invisibles. Las ruinas que se presentan en esta muestra son producto de una cierta forma de ver, más que imágenes literales de decaimiento. Esta metodología nos permite imaginar diferentes formas de excavación de ruinas ecológicas, económicas, arquitectónicas y personales o sociales para empezar a visualizar el fantasma de una devastación anclada en prácticas coloniales. Es así que las imágenes naturalizadas del paisaje son interrogadas a través del trabajo de los artistas aquí reunidos, como en una sesión espiritista en las que invocamos fantasmas que no son visibles pero que se manifiestan por medio del lenguaje.
 
Entre las obras expuestas en esta nueva colectiva se encuentran Testigos. 2020 + Everything is sacred till is not, de Santiago Borja; A dónde irá veloz (2017), de Patriccia Esquivias; View of the City (1981), de Haruni Farocki; Stigma Damages (2013-2014), de Michele Horrigan; The Last Tour (2004), de Marine Hugonnier; Robinson in Ruins (2010), de Patrick Keiller; What is an Apparatus. (2016), de Sean Lynch; Isla (2009) y Cielo sin cielo (2009), de Gilda Mantilla y Raimond Chaves; Perejil, de Xabier Salaberria; Promised Lands (2015), de Emma Wolukau-Wanambwa; New York (1935), de Berenice Abbott; Schlafende Häuser (2004), de Peter Piller; o The Llobregat (2009), de Janelle Lynch.


 
Catalina Lozano está interesada en relatos menores que cuestionan formas hegemónicas de conocimiento. El análisis de narrativas coloniales y la deconstrucción de la división moderna entre naturaleza y cultura han sido puntos de partida para muchos de sus proyectos curatoriales y editoriales como Le jour des esprits et notre Nuit (CRAC Alsace, Altkirch, 2019, co-curada con Elfi Turpin), Ganar perdiendo (CentroCentro, Madrid, 2019), Lo que no sirve se olvida (CAPA, Burdeos, 2015), Una máquina desea instrucciones como un jardín desea disciplina (MARCO Vigo, FRAC Lorraine y La alhóndiga de Bilbao, 2013-14) y el libro Crawling Doubles: Colonial Collecting and Affects (B42, París), co-editado con Mathieu K. Abonnenc and Lotte Arndt.
 
En 2018 su libro The cure fue publicado por A.C.A. Public. En el Museo Jumex ha desarrollado proyectos expositivos con Fernanda Gomes, Xavier Le Roy, Ana Gallardo entre otros artistas y organizó la exposición Podría ser (una flecha). Una lectura de la colección Jumex. Por otro lado, la exposición se enmarca dentro del ámbito de estudio que TEA abrió hace ya un año para reflexionar sobre la crisis de la modernidad y sus paradigmas al repensar conceptos como paisaje y sus consecuencias que son fundamentales en un territorio como Canarias.
 
TEA Tenerife, que se ha sometido a rigurosas medidas de desinfección, mantiene un aforo reducido y controlado, manteniendo una distancia de seguridad de dos metros y con los elementos táctiles para el visitante inhabilitados, sin audioguías ni folletos. Los textos de la muestra están disponibles en la web del centro (www.teatenerife.es) así como podcast y vídeos que ayudan a ampliar el conocimiento sobre la muestra. Además de ello y siguiendo los protocolos de seguridad establecidos se solicita a los visitantes que asistan con mascarilla.