La Orquesta Sinfónica de Tenerife inicia su programa de conciertos en familia con El sombrero embrujado el próximo 30 de enero en el Auditorio de Tenerife.

En esta ocasión, la orquesta ofrecerá una auténtica sesión de magia. A través de su música, y con el acompañamiento de la narración de Moisés Évora, el público familiar conocerá la historia de Lola, una chica que vive en el Madrid del siglo XVIII, a la que sus padres obligan a casarse con un rico capitán que pertenece al regimiento de Dragones de Alcalá. Gracias a la magia de una hechicera, a un sombrero embrujado, a la valentía de Lola y a la ayuda del humilde José, su novio, finalmente podrán vivir juntos y felices para siempre.

El concierto estará dirigido en esta ocasión por Ángel Camacho, contará con la colaboración de los bailarines Saray Astigarraga y Noé Plasencia y se interpretarán las piezas: Capricho español (fragmento) de N. A. Rimski-Korsakov, Música nocturna de Madrid (pasacalle) de L. Boccherini,  Carmen, Suite número 1 de G. Bizet, El tambor de granaderos de R. Chapí, El Amor brujo (Danza ritual del fuego) de M. De Falla, El sombrero de tres picos (Jota) de M. De Falla y La boda de Luis Alonso (Intermedio) de G. Giménez.

La Orquesta Sinfónica de Tenerife ha asumido, desde sus inicios en los años 30 del siglo pasado, el compromiso de extender y fomentar el acercamiento de nuevos aficionados a la música en directo. De esta manera, la formación amplía su enérgica y continua labor concertística en la temporada de abono con la serie de conciertos dedicados al público infantil y familiar. 

La propuesta permite a los músicos acercarse a sectores de la sociedad que no forman parte de su audiencia habitual para comunicarse con ellos a través de la música en vivo, una finalidad didáctica que proporciona una amplia visión de la vida cultural en nuestra Isla, al mismo tiempo que se desarrollan acciones para la captación de nuevos públicos. 

Los conciertos didácticos, por un lado, y los destinados a disfrutar en familia, por otro, tienen como propósito que el espectador, bien con los padres, hermanos, abuelos, etc., bien con los compañeros de clase, descubra la experiencia única e irrepetible de la música en vivo, para lo que se emplean métodos didácticos y modelos integradores desde diversos enfoques diseñados para el universo infantil.

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