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Sonetos, piano, canciones y Dylan Thomas

Confiesa Andrés Molina al final de esta entrevista que no tiene muy claro que su público exista, pero que de ser así disfrutará esta noche de lo lindo con este nuevo espectáculo 'Los hombres que bebieron con Dylan Thomas'. Una obra temática, a medias entre el piano de Samuel Labrador, los versos de Pedro Flores y el espíritu de Dylan Thomas.

Ustedes podrían no conocer a Andrés Molina, podrían no haber escuchado nunca sus canciones o incluso haberlo olvidado. No nos preocupa, apostamos a caballo ganador, y sabemos que este singular e inevitable cantautor siempre asoma por algún rincón susurrando canciones, recordándonos con sus composiciones, y siempre sin hacer demasiado ruido, que su talento es de otro planeta.

El que fuera uno de los componentes del Taller Canario de la Canción se enfrasca hoy en una singular aventura conceptual que nos describe a través del siguiente cuestionario.

LAGENDA- Andrés Molina es un tipo que se deja querer. Siempre rodeado de buenos colaboradores... ¿de qué forma se cruzan Samuel Labrador, Pedro Flores y el espíritu de Thomas en este proyecto?

ANDRÉS MOLINA.- A Pedro lo conozco personalmente de hace años. Nos enviamos los distintos materiales que vamos editando. Y en el 2010 le pregunté si tenía material musicalizable, más medido. Al instante me envió el libro que estaba preparando. Le gustó lo primero que le envié y seguí trabajándolo con calma pero surgían fluidamente y en unos meses el setenta por ciento del trabajo estaba hecho. A principios de este año concluí la última parte del trabajo.

A Samuel lo conocí de mi época en el Taller. Por esos años coincidimos en escenarios. En 2012 supe de sus clases de piano y armonía, y empecé a asistir. Mi compañera me mostró su disco 'Espacio' y me quedé sorprendido de la calidad y de la carga emotiva de su música. Luego de varias conversaciones largas y distentidas con él se nos ocurrió a mi compañera y a mí que la aportación de Samuel para 'Los hombres que bebieron con Dylan Thomas' sería inestimable.

Pedro Flores dice que Dylan Thomas está en estos poemas como espíritu inspirador. Dylan Thomas fue un chorro de frescura para la poesía de su país, un caudal fresco que a todo ser sensible asombra. La poesía de Pedro es fresca, inteligente, emotiva. Creo que se cruzan las obras de ambos poetas.

L.- ¿Qué se puede esperar de este espectáculo, lo definirías como un show abierto o es intimista?

A.M.- Este trabajo se mueve en frecuencias de picos altos y de picos más graves. No es intimista. Es abierto. El contenido y el lenguaje actual, fresco, de los poemas de Pedro, las músicas que para estos veinte sonetos me surgieron y la aportación jazzística y creativa de Samuel hacen que este espectáculo sea diverso. A la hora de plantearnos los matices, los arreglos, Samuel y yo escuchamos mucho la palabra de cada soneto y su contenido. El público que tenga la oportunidad de asistir a este espectáculo va a disfrutar.

L.- El Teatro Leal es uno de tus templos, ¿qué se siente al volver a tocar allí? ¿Crees que es el sitio indicado para este concierto o es este más de garito neoyorquino? Por cierto... las grabaciones en vivo siempre tienen su complicación, ¿cómo te lo vas a montar, será más sencillo que aquel imborrable 'Desnudo'?

A.M.- Mucho más sencillo porque en escena estamos únicamente Samuel y su piano, Pedro Flores y su labor de hilo conductor entre grupos de canciones apiñadas según criterios diversos que barajé, y yo. También es importante que en esta ocasión controle yo todo lo que acontece delante y detrás de la escena. Con 'Desnudo' quedaron deudas pendientes ajenas a mi voluntad que espero se solventen.

El Teatro Leal es un lugar mágico para cualquier músico. Ahí tuve mi primer concierto a la luz de las velas porque la ciudad sufrió un apagón hace muchos años. Se presentaron los primeros discos de Taller.

Grabar en directo tiene el aliciente del calor del público. Quien asiste a mis conciertos lo hace porque sabe lo que se va a encontrar, o porque al menos está dispuesto a arriesgarse conmigo. Y yo lo agradezco. Como quede se editará. Hemos trabajado mucho Samu y yo para que todo salga bonito y emocionante.

L.- ¿En un repertorio nuevo hay hueco para echar la vista atrás? ¿Habrá canciones antiguas?

A.M.- Es mi primer trabajo temático. Y cualquier cosa que se salga de ahí rompería toda la humilde y sencilla magia que nos ha emocionado mientras lo pergeñábamos y que queremos emocione a quien lo quiera y pueda disfrutar.

L.- Siempre has sido una persona comedida y reflexiva, ¿veremos a un nuevo Andrés Molina sobre el escenario? Lo digo porque, si no he entendido mal, dejas la guitarra a un lado para enfrentarte al piano de Samuel. ¿Echaremos de menos esa pasión que tienes con la guitarra o apenas lo notaremos?

A.M.- Hay temas a piano y guitarra; pocos pero los hay. Con el piano de Samu se sostiene maravillosamente todo el repertorio. Nadie echará en falta instrumento alguno. Todo va a caminar por recorridos distintos, por vías más emotivas. No sé si nuevo pero traigo un puñado de buenas canciones que al menos a nosotros tres y a la gente implicada en este proyecto nos emocionan. Sentimos que va a encantar.

L.- ¿Cuánto de complicado hay en interpretar los versos de otra persona, en referencia a Flores? ¿Y qué diría Dylan Thomas si levantara la cabeza?

A.M.- Quizás (Thomas) leería detenida y pausadamente la obra de Pedro con un vaso del líquido que lo mató en la mano y diría -como me contaron que hizo Benjamín Prado cuando leyó 'El último round de Kid Fracaso' de Pedro- "pero, dónde estaba metido este tipo?!"

Cuando leo a Pedro subrayo sus versos para recordarlos. La única complicación que tuve estuvo en la exigencia que me planteé cuando me quedaba poco tiempo para concluir el trabajo de composición de melodías: quería sencillez, vomitar lo que sentía cuando leía sus sonetos y no repetirme; tuve que hacer de algún tema hasta tres melodías y dejar que Pedro, mi editor y mi compañera eligieran; sólo en algún tema de esos últimos decidí yo por encima del grupo.

L.- ¿Qué esperas que se encuentre el público que va a ver 'Los hombres que bebieron con Dylan Thomas'?, y por otra parte ¿cómo esperas que tu público acepte esta nueva metodología que tan alejada parece de tu tradición como cantautor?

A.M.- ...como te escribía más arriba: un puñado de grandes y bonitas canciones. Todas ellas repletas de un lenguaje fresco y sugerente; sonetos que te cuentan historias de amor, desamor, contextualizadas en un mundo violento, hipócrita, hermoso, terrible. Mi público -si es que existe- disfrutará como lo hago yo al crearlo e interpretarlo, como lo hace Samuel, como lo siente Pedro.