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“Alguno de los rodajes gordos que han venido tiene su origen en Fimucité”

Hay sueños que se hacen realidad. Pero cuando un anhelo se convierte en un hecho palpable, hay que hilar muy fino a la hora de hacer las cosas para no acabar pervirtiéndolo. Un ejemplo de ello es el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (FIMUCITÉ), que llega a su novena edición consolidado como una de las apuestas culturales de referencia por estas fechas manteniendo un estilo propio y único. Superando el romanticismo inicial, el festival conserva el encanto de dotar de vida propia las partituras creadas para narrar historias audiovisuales, algo con lo que disfrutan los compositores, disfrutan los músicos y disfruta el público.

“Tener la oportunidad de que tu trabajo, tu música, sea escuchado y disfrutado en una sala de conciertos espectacular, ante muchísimas personas, y acercar la música que has escrito, independientemente de que haya sido escrita para imágenes, en formato concierto, y hacer ver a la audiencia que esa música tiene entidad propia es un poco el secreto, uno de los elementos de este cocido que hace que genere interés”. Nos lo cuenta Diego Navarro (Santa Cruz de Tenerife, 1972), compositor, orquestador, director de orquesta y de Fimucité, el festival que ha puesto de moda llenar las salas de conciertos y auditorios con el universo de las bandas sonoras.

En la edición 2015 del festival, del 3 al 11 de julio, destacan los homenajes al 30º aniversario de obras tan emblemáticas como las de 'Regreso al futuro' o 'Único testigo' (Back in time, 1985 Live, un año irrepetible para la música para el cine), por un lado, y a los compositores franceses de música para el cine (The French Connection), por otro, dentro de las dos galas sinfónicas de Auditorio de Tenerife que forman parte de la programación. Al ciclo de cine que se dedicará a la obra de François de Roubaix, en colaboración con Filmoteca Canaria, y la tercera edición del certamen FIMUCINEMA, dedicado a incentivar la composición de bandas sonoras, se añade una oferta de directos de pop-rock (Back to the 90’s), una velada lírica y otra dedicada al animé, intercaladas con  charlas con los compositores invitados o la presentación del libro 'Miklós Rózsa: Una vida, dos pasiones', de Antonio Piñera.

LAGENDA.- ¿Cómo afrontan la novena edición del festival? ¿Hay cambios, mejoras, etc., con respecto a las anteriores?

DIEGO NAVARRO.- La sana obsesión del festival es innovar. Hay mucha sinapsis neuronal en ese sentido todos los años. Hasta el punto de estar a punto de quemarse a veces porque queremos innovar. Además, se da la circunstancia de que cada año solemos recibir el siguiente comentario “bueno, ¿y qué hacen el año que viene después de esto que hemos vivido?”. Menos mal que te lo dicen. Independientemente de que el núcleo musical como formación sea la Sinfónica de Tenerife, siempre hemos querido ir a otras plataformas instrumentales. Y hemos tocado ya a lo largo de estos nueve año de todo, muchísimo. Hemos explorado durante tres años el formato big band con la Big Band de Canarias; monográficos a Henri Mancini, monográficos a Elmer Bernstein el año pasado con un concierto de cine negro espectacular en el que se interpretaron muchas piezas de películas de cine negro que nunca se habían interpretado en concierto antes que fueron además arregladas para el concierto. Estas partituras no existían, no estaban, hubo que arreglarlas, hubo que hacerlas una a una. Con lo cual, el valor artístico de ese concierto, cuando te sientas en el Teatro Guimerá y te pones a disfrutar de él es ingente, es enorme. Hemos tenido de todo, cuarteto de cuerda, banda sinfónica de instrumentos de viento, que es la parte social del festival, en la que intentamos –esa ha sido una idea muy personal mía desde el principio– que Fimucité sea un campo de cultivo maravilloso para los jóvenes músicos que están estudiando, a través de la Banda Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife. Y después, a partir del año pasado  decidimos ir un poco más allá y entrar en el universo pop-rock con una banda a la que llamamos The Pop Culture Band y la verdad es que fue un proyecto de un éxito extraordinario. Esto provocó, de hecho yo anuncié al final del concierto el año pasado, que este año en la novena edición volviéramos a repetirlo esta vez con Back to the 90's, las mejores canciones pop-rock del cine de los 90, que ha sido tan difícil, mucho más difícil que el año pasado, diría, porque conseguir un programa balanceado entre canciones lentas y movidas ha sido muy complicado porque en los 90 hubo mucho tema lento.

L.- ¿Qué destaca de los directores invitados esta novena edición?

D. N.- Los dos grandes conciertos sinfónicos voy a tener el enorme y gigantesco reto de dirigirlos yo, pero sí que vamos a contar con la presencia de un maestro al que admiro muchísimo y que desde mi punto de vista es uno de los grandes absolutos de la música para el cine del siglo pasado y este, que es Bruce Broughton. Es un grandísimo compositor y maestro, y además fantástico director de orquesta que también forma parte de la música para el cine de Hollywood. Ha escrito partituras míticas maravillosas, 'El secreto de la pirámide', 'Silverado', etc. Él va a ser una de las estrellas este año y va a dirigir a la Sinfónica de Tenerife interpretando su música, en concreto, estas dos bandas sonoras que he nombrado.

L.- Si bien Fimucité es un festival de música para cine y la idea surgió de un compositor de música para cine, en las últimas ediciones ha tenido en cuenta tanto la música de orquesta para cine, como música incidental, pero también es verdad que el cine ha dado hits, canciones pop-rock, jazz, etc., que han hecho famosas muchas películas con sus melodías. El festival lo ha incorporado también. ¿Hay un público diferenciado?

D. N.- Fíjate que el criterio editorial para crear el programa de Back to the 90's, que esto muy poca gente lo sabe, de ahí que si ya de por sí es un reto enorme, imagínate con lo que voy a comentar ahora, es que todas las canciones que forman parte de este concierto hayan sido escritas para la película. No licenciada, esto es una canción que existió y se licenció para ser utilizada en la película, que también sucede y sucede mucho, cada vez más. No, en este caso, el criterio era que haya sido escrita para la película. En el programa del año pasado Back to the 80's todas eran así, sin excepción; en el programa de este año, casi todas fueron escritas para la película. Hay una o dos que son licenciadas pero porque fueron hits tan grandes en su momento que tuvimos que ser permisivos e incluirlas porque además, pensando en la diversión de nuestro público, hubiera sido un error no meterlas. Creo que la gente sabe muy bien distinguir lo que es una canción y lo que es una música original escrita para la película, esto del 'incidental music' que comentabas antes, lo que en nuestro argot se llama el 'score', la partitura. La gente sabe diferenciarlo muy bien porque además, cuando terminas la película, gran parte de la responsabilidad de ese regusto interior que te queda, esa percepción general de lo que acabas de ver, más allá de que tengas más o menos oído y de que te hayas quedado con la música, de que tengas el posible 'main theme' de la película en la cabeza, tarareándolo saliendo de la película, que además es uno de mis objetivos como creador siempre. Creo que la gente tiene claro qué es una canción y qué es música original creada para la peli.

L.- Antón García Abril dice que “la misión de la música para el cine es convertir la imagen en emoción. ¿Por qué llevarla al directo?

D. N.- Hay ocasiones en las que no es así. Pero, desde mi punto de vista como creador, como compositor, al menos intento que mi música sí lo haga, que mi música tenga entidad propia separada de las imágenes para las que fue escrita. Hay una frase, que encontrarás en mi web, que dice que básicamente es una traducción a expresión sonora de todo aquello que el guionista ha parido y que el director que la ha plasmado en imágenes, la historia que han pretendido hacer pero en música y consecuentemente en emociones. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que dijo Abril.

L.-¿Por qué tienen tanto éxito los conciertos de música de cine con orquestas clásicas y sinfónicas?

D. N.-  Porque, vamos a ver, quién no ha ido al cine alguna vez. Es decir, es muy difícil encontrar a una persona que no le guste el cine. Es tremendamente atractivo, es tremendamente novelero, utilizando nuestro lenguaje. De modo que me parece fantástico de cara a acercar la música a personas que por ejemplo no hayan tenido contacto nunca con la música clásica. Aunque hay muchas veces que a mí me han preguntado en relación al propio festival: “La verdad es que es precioso, la música clásica...” y ahí le doy a la  pausa y le digo “no no no, esto no es música clásica, el que la toque una orquesta no significa que sea música clásica”. Esto es música contemporánea, actual, escrita para la imagen pero no es música clásica. Es fantástico que el público tenga su primer contacto con lo que la gente suele llamar música culta con la música escrita para el cine.

L.-¿Qué ventajas e inconvenientes tiene hacerlo en y desde Tenerife?

D. N.- Bueno las ventajas que es un entorno insuperable. Ningún otro evento de música para el cine a nivel internacional que haya surgido con posterioridad al festival goza de un entorno como el que tenemos en Tenerife, una isla en medio del océano Atlántico, un Auditorio impresionante pegado al océano, unas infraestructuras fantásticas. De hecho, esto es algo que resaltan nuestros invitados siempre, les fascina, se quedan alucinados, como diciendo pero cómo es posible que en una isla tan chica haya tanto. Todo eso son encantos muy difícilmente comparables con otra cosa. Los inconvenientes es que bueno, evidentemente no estamos en terreno continental y no puedes coger un tren, ni un autobús ni un coche y estar tres o cuatro horas en un trayecto para visitarlo. Entonces en este sentido es un handicap, un efecto colateral de nuestra realidad. Pero fíjate que, curiosamente, este elemento a lo largo de los años se ha podido ir superando hasta el punto de que mucha gente se traslada a la isla desde la Península, otras islas y desde el extranjero, y cada año más. Lo cual es fantástico por que hay que valorar el esfuerzo que implica para los fans del festival, todo el staff nos quitamos el sombrero mil veces y esto nos calienta el corazón mucho porque significa que las cosas se están haciendo bien desde dentro.

L.-¿Podría decirse que proyectos cinematográficos en la isla son derivados de Fimucité?

D. N.- Por supuesto, absolutamente. No solamente lo podemos considerar sino que es real. 'Atrapa la bandera' se vino a grabar a la isla porque, primero, los productores me encargaron la partitura a mí, a Diego Navarro, pero después cuando les planteo la posibilidad de traer la producción musical a Tenerife, ellos comienzan las negociaciones. Lo hacen porque los dos principales productores de la película, Jordi Gasull, que además es guionista es el que ha escrito la historia, y Edmon Roch, que es el productor de 'El niño', fueron invitados de Fimucité en la primera edición del año 2007. Vinieron al festival, vivieron la experiencia, les fascinó, desde entonces lo han seguido y gracias a esa plataforma digital de exposición de la orquesta en YouTube y en Vimeo. Con lo cual Fimucité ha sido un elemento, un revulsivo en ese sentido que ha permitido muchísimas cosas que incluso exceden el mero ámbito de la grabación de música para el cine. Alguno de los rodajes gordos que han venido a Tenerife originariamente también en ese proceso embrionario Fimucité tuvo algo que ver. Entonces, por supuesto, es generar sinergias, apoyarnos entre todos y construir a partir de ahí.