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"El Festival ha aumentado en todo salvo en presupuesto"

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El 18 de julio dará comienzo una nueva edición de Verano de Cuento en el municipio de El Sauzal. Será la décimo quinta celebración de un evento que no ha dejado de crecer y de superarse durante todos estos años.

Ante semejante logro nos dirigimos a Juan Reyes, presidente de la Asociación Teatrofia, una compañía que es toda una institución en las islas y que ha sabido llevar con buen criterio la producción de este festival, para que nos contara los pormenores de este ya insustituible encuentro estival.

"El nombre de Verano de Cuento ha fagocitado al de Teatrofia, pero es una canibalización deliberada", nos cuenta Juan. "Ha llegado a ser más importante que la compañía, de hecho, es el evento que más trabajo requiere y con el que pasamos todo el año trabajando"... la otra gran producción de la asociación es DanzaTac (el festival de Danza que se celebra en Tacoronte) para el que Reyes sigue pidiendo más implicación por parte de los agentes relacionados con esta disciplina.

¿Pero merece la pena el esfuerzo? -"Todos los años nos planteamos dejar de hacer Verano de Cuento, bueno... este año realmente no ha sido así" reconoce Reyes. "Seguimos teniendo una buena media de asistencia. Unas 650 personas por viernes y unas 4.500 a lo largo del festival, o unas 125 personas al día según la policía y unas 2.000 según los convocantes". "El público sigue creciendo, en edad y en cantidad".

Asegura el presidente que los viernes siempre han sido la mejor opción para llevar a cabo estos encuentros en los que cada vez viene más gente desde el propio municipio de El Sauzal. No siempre fue así. También se alegra de que, de alguna manera, un evento que no está concebido para el público infantil cuente hoy en día con una buena representación de adolescentes que son ya asiduos al festival. "A este público joven no hay otra manera de capturarlo. Hay que darles cultura desde que nacen".

Las claves del éxito de este festival son varias, Juan nos las aclara: "Una es la propia continuidad del festival, la otra es la gratuidad de la actividad". Aunque sabemos que en los últimos años se ha pasado la gorra, ... bueno, la garrafa, para que quien quiera apoye este festival como buenamente pueda. ¿Sequirá siendo así? "Que sea gratuito está bien, pero está feo", sostiene Reyes. "Seguimos necesitando ayudas a fondo perdido. La cultura debe ser deficitaria, pero la gente debe pagar, para poder exigir a los programadores, e invertir aunque sea en un proyecto benéfico". Persevera recordándonos que los beneficios de este año se destinarán una vez más a la Fundación Eidher. "Se recauda menos de lo que esperamos, pero estamos muy contentos de ver a pibes muy jóvenes que echa unos euros de su propio dinero y de que después de las funciones venga gente preguntándonos por la garrafa. Pero sabemos que no podemos cobrar entrada porque al fin y al cabo no somos más que un grupo de amigos".

 

Aun llevando la misma dinámica, nos asombramos de cómo ha cambiado el Festival de Narración Oral desde sus inicios. "Ese nombre, el de de Festival de Narración Oral se lo puso la prensa. Chapó por ellos. Comenzamos con un nombre larguísimo: Este verano si te quedas en El Sauzal te contamos un cuento. Lo de Verano de Cuento fue posterior".  "El público tiene gran culpa de lo que sucede en Verano de Cuento. Sabemos que no todos se divierten con lo que ofrecemos, hay una oferta que no es para todos los gustos. Muchas veces nos cuentan qué es lo que sí o lo que no les ha gustado y aprendemos de ello. Otras veces es evidente. Nos hemos reído mucho, y sufrido, pero también hemos sentido vergüenza ajena. Hubo un tiempo en que todos los narradores llegaban al escenerio con su guitarra. Un horror. Esto acabó cuando invitamos a Domingo Corujo". "Pero la gente sigue viniendo. Nadie deja de ver a la selección cuando ha perdido un par de partidos".

El buen entendimiento con la corporación local del Ayuntamiento de El Sauzal es clave para la continuidad del festival. ¿No han pensado en mudarse, o cambiar la escalera por algo más cómodo? "Este público es muy especial. Deberíamos de empezar cada función preguntando a la gente por qué coño vienen. Es algo que nos sigue perturbando. No sabemos qué mueve a alguien a venir un viernes en el que seguro que estarán echando algo bueno por la tele, que cada vez vengan más temprano para coger un buen sitio o para que se traigan sus cojines de casa. No sabemos qué motiva a este público para que ni se muevan del sitio si se pone a llover y que se mantengan allí aunque se vean obligados a sentarse entre las piernas de su pareja. Si lo supieramos seguro que podríamos hacer mejores producciones". "Uno de los encantos está en que se celebra al aire libre. Es significativo porque uno de los días cayó un chaparrón y Carlos Belda que estaba por allí nos ofreció enseguida poder pasar al Auditorio Municipal, pero finalmente elegimos meternos en el bar y continuar allí". "Preferimos convertir un espacio que no está hecho para la cultura en un espacio cultural". "Nos conformamos con lo que tenemos porque no concebimos un Verano de Cuento en otro lugar. Es como si tienes un restaurante con seis mesas. Es lo que hay". "En su momento llegamos a hacer extensiones del festival en La Orotava y Tacoronte, y de la misma forma llegamos a organizar un festival infantil que no fue nada mal. Pero es la continuidad lo que le da valor a este tipo de evento. Si no lo repites año tras año, e inviertes el doble en equipos y personal es complicado mejorarlo. Y más teniendo en cuenta que las ayudas que nos llegan de diferentes corporaciones se congelaron en 2004. El Festival ha aumentado en todo salvo en presupuesto".

¿Y darle un poco más de caché? ¿Artistas nacionales, internacionales?.. "Hemos tenido varios, trajimos a La Bicicleta desde México, a Campanari, Trapisonda, Felipe Moretti... Es algo que nos gustaría seguir haciendo pero el presupuesto es muy limitado. Fíjate que lo que más caro nos sale este año es traer a un narrador desde La Palma. Además, sería traicionar uno de los fundamentos del festival que consiste en dar trabajo a la gente de aquí".

Entonces ¿lo llevan fatal con esto de los dineros? "Pues está todo muy ajustado. Muy controlado además para poder rendir cuentas a la seguridad social, a hacienda, al señor Soria,... Que este festival esté valorado como bien de interés cultural no nos exime de cumplir con la legislación. Aunque suponga una merma hacemos contratos a todo el mundo desde la asociación, y hacemos frente a todas las necesidades técnicas, pagando asesorías, impuesto de sociedades y a los artistas, por supuesto. Nos hemos llevado sorpresas con narradores que no quiere cobrar, pero otra de nuestras máximas está en dignificar la profesión. Preferimos pagar. Si no quieren el dinero, pueden quemarlo, donarlo o comprar bolsas de basura para usarlas en la próxima manifestación contra el petróleo".

¿Qué hay que hacer para participar como narrador en este festival?, ¿están obligados los participantes a contar un cuento? "No, nunca hemos pedido un currículum ni verificamos el repertorio, hay monologuistas que cuentan historias y narradores que hacen monólogos. Nos encantaría que vienera gente a contar sin palabras. También nos gustaría que alguien nos contara una historia a través de la danza sin que fuera excesivamente poético. Los participantes no están ni siquiera obligados a seguir la temática del festival. Nuestro primer homenaje temático fue a la Guardia Civil, que fue la primera institución en valorar el festival, molestándose en establecer un control en la rotonda de la salida de El Sauzal durante los meses de celebración". "Creemos firmemente en que Verano de Cuento es un banco de pruebas fenomenal para artistas noveles o para estrenar una obra, ya que este público es capaz de tragarse la mayor de las castañas y aplaudirla a rabiar. Muchos de los talentos que hemos visto estos últimos años han sido reclutados en las intervenciones que han tenido como espontáneos".

¿Y cómo ha mejorado Verano de Cuento este año? ¿Se ha recuperado la economía? "Sí hombre, la economía de Luis de Guindos, la de Soraya Saenz de Santamaría". "No estoy muy seguro que exista una recuperación, sí que creo que están tardando menos en pagar desde las instituciones, obligadas por la ley. Quizá no ocurra en otras disciplinas, pero en el mundo escénico siempre se buscan opciones para mantener a flote el chiringuito. Son este tipo de actividades las que nutren y financian la cultura". "Intentamos entrar en las ayudas que otorga la Fundación CajaCanarias, pero cerraban la inscripción en una fecha muy aproximada al festival, es extraño que pongan unas fechas de cierre tan cercanas al verano, sabiendo la de eventos que se celebran en esta estación". "Este año hemos preparado todo con mucho cariño, la primera de las actividades será un encuentro del ElectroCaustic Trio & VisualProjects con cinco narradores en un espectáculo que ya se ha estrenado en el CEPA, en el Paraninfo, en el Km5 y que promete ser todo un bombazo". "Es nuestra mejor baza para arrancar el festival. Una actividad donde prima la musicalidad de la palabra. Un espectáculo para grabarlo".

¿Y el futuro? ¿Seguirá Teatrofia siendo la bandera del Festival? "Nos gustaría poder dejar el legado de Verano de Cuento y que lo hagan otros. O convertir Verano de Cuento en sí mismo en una asociación. Son ideas. Pero por otro lado es complicado apartarte de una criatura que has visto nacer y tener miedo de que caiga en manos no adecuadas. En el pasado hemos querido descentralizar y no descartamos poder colaborar en otros festivales como el de Los Silos o la Noche de los Cuentos. Es un festival con futuro. Se podría hacer en aviones, en los cruceros que atracan en el Muelle de Santa Cruz que están dotados con unos auditorios de espanto. Sea como sea el éxito de Verano de Cuento seguirá dependiendo del trabajo continuo".

Foto Portada: Elena Ramos retrata a Teatrofia. Juan Reyes es evidentemente quien da la cara.