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La compañía tinerfeña Delirium Teatro lleva unos meses representando su última obra con bastante éxito en cuanto al público que acude y al número de actuaciones (hechas y previstas en Canarias). Una pieza escrita por Antonio Tabares,  convertido en los últimos años en autor de cabecera de la compañía. En esta ocasión se enfrenta al desafío de conectar el texto escénico con la realidad social, económica y política que nos ha tocado vivir. 'La punta del iceberg' es una obra realista que propone una denuncia de las consecuencias sociales, económicas y laborales de una crisis que destruye la pirámide de derechos humanos del mundo occidental.

Con una escenografía muy austera (Delirium prefiere denominarlo teatro de texto), Severiano García dirige a seis actores cuyos personajes trabajan en una multinacional con un importante nivel de producción pero que en un periodo corto de tiempo ha perdido a tres de sus empleados por suicidio. Una investigación interna para demostrar hasta qué punto las exigencias laborales han empujado a estas personas a renunciar a la vida es el hilo conductor que une diferentes puntos de vista, prejuicios e intereses personales que intentan dar a conocer los hechos desde dentro.

En la representación, la actriz Soraya del Rosario, abducida por el personaje de Sofía Cuevas, una alta ejecutiva de la multinacional, destaca en la trágica trama con una lograda interpretación. Se va transformando, a lo largo de la hora larga que dura la obra, de tal manera que pasa de ser una trabajadora autoritaria, segura y agresiva a una mujer sin brillo, frágil y dubitativa, vapuleada por las circunstancias que le rodean. El planteamiento de Tabares a través de la interpretación de los seis actores intervinientes, Vicente Ayala, Soraya del Rosario, José Manuel Segado, César Yanes, Lioba Herrera y el propio Severiano García, sirve para poner de manifiesto la situación que se vive en muchas empresas en España.

Pero ni el texto, ni la dirección escénica, ni los actores de esta compleja circunstancia de miserias personales y abuso de poder –una cuestión abordada en el teatro desde la Antigüedad- ofrecen al espectador un remedio contra la enfermedad del sistema capitalista que nos asfixia. El montaje presenta una atmósfera infausta, con momentos tragicómicos, donde los personajes derivan en estereotipos, y el final, abierto, no ofrece redención posible, solo un espejo en el que se ve reflejado el público. Los fumadores muy especialmente.

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'La punta del iceberg', por Delirium Teatro

Actuación en el Teatro Leal, 23 de febrero de 2013

Comentado por La Cuadratura de García