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La herencia de Juan Formell

Cuando aún Cuba sigue guardando luto por el músico Juan Formell (La Habana, 1942-2014), su orquesta, Los Van Van, prolonga los sonidos del songo en una gira internacional dedicada al maestro. Este grupo, que posee una historia paralela a la vida cultural cubana del aperturismo, visita este sábado la plaza del Cristo como principal reclamo de la segunda edición del Festival Latino La Laguna 2014.

Hace apenas un mes, el 1 de mayo, el fallecimiento de este “revolucionario” de la música latina copaba muchas portadas de la prensa hispanohablante, sobre todo, e internacional. “Se ha ido un gran renovador de la música cubana, un gran artista que logró un timbre inconfundible” que “ha quedado por derecho propio en la antología de la música popular cubana”, recuerda el pianista concertista Othoniel Rodríguez, natural de San Antonio de los Baños (en el suroeste de La Habana, Cuba) y que reside en Tenerife desde hace más de dos décadas, quien nos ayuda a hacer una semblanza de este importante músico.

El autor de temas como 'Chirrín chirrán', 'Anda ven y muévete', 'El baile del buey cansado' o 'Que le den candela' legó una obra innovadora, sin dejar de ser propiamente cubana. Formell prácticamente no tuvo un despertar al mundo de la música, respiró melodías desde su nacimiento. “Fue músico desde niño, porque nació dentro de ella. Su padre, Francisco Formell, fue un gran músico y quien le dio las primeras lecciones de música y después él siguió estudios con otros profesores”, apunta Rodríguez.

Es más, no es de extrañar la importante contribución cultural de este el compositor, contrabajista y guitarrista si a esto se suma que “creció en el ambiente musical del barrio de Cayo Hueso, de músicos tradicionales”, donde se escuchaba “desde la famosa rumba cubana, las comparsas de los carnavales, los toques afrocubanos...”, apunta el pianista a través del teléfono.

La revolucionaria aparición

El éxito y la peculiar sonoridad de Los Van Van se deben a la vital trayectoria del que fuera su director, Juan Formell, quien entró como contrabajista en varios grupos, pasando por la orquesta del Instituto Cubano de Radio y Televisión hasta diversos conjuntos de son y jazz. Estas múltiples experiencias condicionaron su futuro.  Según relata Othoniel Rodríguez, pasó por varias etapas: “Primero fue a la banda de música de la policía (Banda de la Policía Nacional Revolucionaria) que lo hizo como una mili, aunque dentro de la música tambień. Después estuvo en el antiguo Habana Hilton con otros músicos de puntería” donde “fue bebiendo de esos grandes” hasta que en los sesenta “se incorpora entonces a la Orquesta Revé, que es una orquesta como se dice de tipo charanga tradicional, pero él ya ahí introdujo varios cambios”.

El paso de Formell por la Orquesta Revé marcó un momento decisivo en la búsqueda del estilo que quería alcanzar. Además, puso a prueba su espíritu renovador, brindando a la misma formación algunas soluciones sonoras y de formato. Formell es un “genio” porque llevó a su terreno la música tradicional heredada de su infancia y juventud modernizándola con contenidos propiamente cubanos. “En su juventud, ya en los años 50, lo mismo escuchaba a Elvis Presley, que bailaba rock and roll, que los Beatles y también se involucró mucho con los soneros como Beny Moré, Arsenio Rodríguez y los Matamoros. Eso se le acumuló”.

“Y ya el 4 de diciembre de 1969 aparece Juan Formell como director de la orquesta Van Van con su bajo eléctrico”. La experimentación acumulada durante los años anteriores le sirvió para que, una vez creado Los Van Van, su ritmo sentara pautas en la música popular bailable. Su mérito al crear algo fresco reside en que “introdujo innovaciones con las que revolucionó el panorama musical cubano, y el iberoamericano también, con algo distinto y además algo que hizo estudiando, no de manera empírica”, destaca Othoniel Rodríguez.

Una nueva aproximación a la salsa

Conocida como “el tren de la música”, Los Van Van -según escribe el reconocido crítico musical Diego A. Manrique en 'El País', “había crecido paralela al esplendor de la salsa neoyorquina pero con un sonido genuinamente cubano”.

A comienzos de la década de los 70, importantes críticos vislumbraban el exitoso futuro del grupo. Juan Formell enriqueció el set con otros instrumentos: “Añadió otros instrumentos electrónicos también, cambió el tratamiento de las voces, ya que casi todas las orquestas de la época lo hacían al unísono y él lo cambió como los cuartetos, a voces y utilizó la percusión africana”, apunta. Othoniel Rodríguez señala, además, que “en las letras de sus obras utilizaba un fino humor criollo, esa picaresca que tenemos los cubanos, que es una expresión de nuestra cultura nacional”.

De una manera excepcional y única, fueron tejiendo lo que definiría como el songo, ritmo afrocubano derivado del son. “Él decía que el songo era una fusión del son con otros elementos, qué honesto ¿no?”. Considerado, una de las figuras más importantes de la cultura musical cubana del siglo XX y XXI, Juan Formell al crear el songo alcanzó algo que solo logran los artistas señalados, como “un cambio de timbre, un tratamiento orquestal distinto, pero sin traicionar las células rítmicas del son” porque al final “la salsa es el son edulcorado”.

La década de los 80 representó un periodo importante para la orquesta, ya que rompió su propio estilo para incorporar el sonido bronco y rajado de los trombones e introdujeron a su vez sintetizadores, teclados con múltiples posibilidades sonoras. De alguna manera, “ellos con su música, aportaron” mucho a la apertura de Cuba al mundo; “sin todavía ser famosos, grabaron un disco con la casa inglesa Isla Records, que fue cuando se bautizaron como Los Van Van, y eso fue a finales de la década de los 70” que coincide con la época en la que la orquesta “empezó a difundir” su música internacionalmente. “Ellos rompieron récords, al ser de los primeros en ir a los Estados Unidos antes y después del bloqueo”, comenta Othoniel Rodríguez.

Comenzaron los 90 con una gran gira por todo su país para celebrar sus 20 años y evolucionaron hacia la contemporaneidad tímbrica, yendo en busca de expresiones más complejas. “En todas sus giras se destacó y tuvo muchos imitadores, tanto en los Estados Unidos como en el mundo entero”.

En el año 2000 obtuvo el premio Grammy Latino al mejor álbum de salsa grabado por solistas, dúos o grupos vocales e instrumentalistas, el disco 'Van Van is here' ('Llegó Van Van'), que se sumó al que recibió el propio Juan Formell en el 2013 a la Excelencia Musical. El galardón fue además el resultado de llevar a cabo un trabajo interrumpido durante más de 30 años.  

Conducido ahora por uno de los hijos del maestro, Samuel Formell, el tren de la música cubana Los Van Van hará una parada en la plaza del Cristo, donde compartirá escenario con Havana D’Primera, en la segunda edición del Festival Latino La Laguna 2014, a partir de las 21:00 horas. Además, las agrupaciones cubanas serán acompañadas por las orquestas Sabrosa (Tenerife) y Tamarindos (Gran Canaria).